Guardar cada testigo de civilización del territorio para que se convierta en ocasión de recuerdo, identidad y crecimiento cultural para los hombres que viven y seguirán viviendo allí. MuCiRaMa es la sigla de Museo Civico “Raffaele Marrocco”. Las colecciones exploran cada clase de conocimiento: arqueología prehistórica, samnita y romana, escultura medieval, barroca y del siglo diecinueve: pinturas desde 1600 hasta 1900, cerámicas y maiolicas, un presebe y decoraciones sacras que remontan al siglo dieciocho, monedas desde la antigüedad hasta 1900, artefactos geológicos y paleontológicos e instrumentos científicos. Más aún: el cuento se desarrolla en un lugar histórico que, por arquitectura y arte podría ser museo de sí mismo. Raffaele Marrocco (1875 – 1949) nacido en Piedimonte Matese, fue aficionado de historia y arqueología del territorio, inspector honorario de los monumentos desde 1912, autor de ensayos y publicaciones. En 1913, fundó el museo y después de años de cierre, el museo ha sido abierto en 2013 con el nombre de su autor.

Él edificio fue un convento domenicano. Nació junto a la iglesia de San Tomas de Aquino, hoy todavía verdadero museo de arte del Renacimiento del siglo diecinueve. Se encuentra a los pies de la roca calcárea sobre la que nace el palacio ducal. Tomó el lugar de la antigua iglesia de San Pietro (quizás procedente al 6° siglo d. C.), a su vez transformación y utilizo de un templo pagano. El convento surgió entre 1399 y 1414 en estilo gótico, por voluntad de Sveva Sanseverino, condesa de Piedimonte. De esta primera fase queda la estructura del primer nivel y los arcos agudos del pórtico del claustro. El claustro fue pintado alrededor de la mitad del 1600, bóvedas, cuadros de pasajes, como la del Vesuvio erupcionando, figuras alegóricas y astronómicas y cuentos de San Domenico y de la Virgen. Remontan al 1700 el claustro pequeño y la reestructuración en estilo barroco de la primera y de la segunda planta. Desde el claustro se llega a la capilla del Rosario, pintada en las primeras décadas del 1700. En el centro de la bóveda está el lienzo “Madonna del Rosario e il 15 Misteri”. En las paredes, hay armarios de madera del siglo diecinueve, procedentes del hospital de la Annunziata.

El pórtico del claustro alberga también el lapidario, con capiteles, hitos y epígrafes de edad romana. El paso del claustro grande al pequeño presenta escudos de armas, fragmentos medievales y antiguos paisajes.

Dos lados del claustro pequeño tienen pórticos, debajo de los cuales hay piezas arqueológicas: fragmentos de capiteles, estatuas, frisos decorativos antiguos en mármol y loza para la comida. Muy sugestivas son las rocas calizas de la montaña que se pueden ver desde las árcates del lado más pequeño. Desde el claustro pequeño se llega a la sección arqueologíca, donde se hay materiales encontrados alrededor de Allifae sannitica y romana y hasta Telese. Los ex voto en liza (del siglo 7° a.C. al 2° d.C.) representan partes del cuerpo humano, objetos, figuras, anímales y eran la señal evidente de la gratitud a los Dioses por los favores recibidos o requeridos.

El bronzetto de Ercole, encontrado en el Monte Cila de Piedimonte donde hay una gran cintura fortificada megalitica. El bronzetto remonta al 4° – 3° siglo a. C.). El culto de Ercole fue arraigado durante siglos entre los Sanniti come protector de rebaños y comercio. Bonitos son los restos de los cinturones y espadas masculinas y muchos ejemplares de anillos, collares, fíbulas (7°-6° siglo a.C.). Las joyas tienen formas tanto modernas que tendrían éxito hasta hoy en día. Los jarrones de cerámica recuerdan la práctica del simposio, el momento agradable del mundo griego constituido por un banquete ritual y por abundantes tomas de vino. El ritual ha sido índice de prestigio social y por lo tanto los vasos estaban condecorados con figuras. Y a la muerte, seguían al dueño. El ritual fue traído a Italia por los griegos, imitados por los etruscos y de ellos pasó a los sannitas. Los encontrados en Alvignano remontan al siglo 4 a.c. algunas figuras son rojas, otras negras para imitar al cobre. Todos han sido producidos en Campania.

El cráter servía para mezclar vino y agua, la pelike para llevar a la mesa cualquier bebida, el acetre para el transporte. Los sannitas conocieron el refinamiento del mundo griego y etrusco y de ellos tomaron la escritura. Hablan un idioma común a todos los pueblos itálicos antiguos, el llamado osco. Se escribía de derecha a izquierda, como el etrusco. El fragmento en el santuario del Monte Cila, remonta al 4°-3° sec. a.C. Se escribia STLUS però se leía “sults”!

La sala cercana cuenta la producción agrícola del mundo antiguo, también con paneles y modelos y con la reproducción de un trapiche para el vino. El primer plano proporciona leyendas más recientes. Los escaparates son las originales, de madera de Marroco. Al principio del pasillo hay tres bustos tallados: del conde Caetani d’Aragona, de Jerace (1900 aproximadamente), del rey Francesco II Borbone y de su esposa Maria Sofia Wittelsbach, anónimos, 1860 quizás. Las vitrinas centrales albergan el monedero: alrededor del 200, del 4° siglo a. C a los primeros años del 1900. Cada moneda cuenta su historia. Raros son los torneses acuñados alrededor del 1460 por Nicola II Monforte, conde de Campobasso, distintas de las monedas del rey, al que se había rebelado Ferrante I.

En 1930, Marrocco hizo realizar muñecas para guardar colores y maneras de ponerse los vestidos tradicionales de los pueblos del Matese. Hay muchas armas blancas, como puñales y de disparo en los escaparates y en las paredes desde final de 1700 hasta 1950. La memoria histórica más importante es la bandera de la legión del Matese, utilizada desde 1860 a la llegada de Garibaldi en el Sur de Italia. Paramentos en seda y oro, mobiliario sagrado en madera y latón y libros litúrgicos de 1700 y de 1800. Una pequeña vetrina guarda un raro reloj de arena (quizás del 1700), fósiles y rocas del Matese, representados en un gran modelo en el centro.

En la sala con cúpula hay fragmentos antiguos de mármol y molde del calendario alifano (el
original está en el Museo arqueológico de Nápoles) que tenía las fiestas de Alife en la edad imperial julio-claudia. Medievales y de roca son la placas escritas por Pietro Braherio, justiciero de Terra di Lavoro, muerto en 1298, del Abadía de San Salvatore Telesino, un león románico y un capitel gótico.

La sala antigua guarda instrumentos procedentes del observatorio meteo-astronómico de Monte Muto, fundado en 1875: un telescopio ecuatorial (Steinheil&Sohne, Munchen, 1912), dos reloj de sol con orificio gnomico, dos pequeños telescopios.

En la última parte del pasillo hay un belén del Setecientos napolitano, muy interesante por las prendas de los personajes. Siguen escaparates con vasos de farmacia, platos y vajillas, pila de agua bendita en cerámica producidos en Cerreto Sannita desde la mitad de 1600 a 1800.

 

La galería de arte proporciona cuadros desde el final de 1500 hasta los primeros años de 1900. Los dos lienzos con Santos francescanos proceden del convento de los Cappuccini: son de Teresa Palomba, pintora nota del 1742 al 1773.

Data ultima modifica: Settembre 1, 2024
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